Cápsulas gramaticales

Ya en el año 47 a. de C. el célebre general y cónsul romano Julio César usó el pretérito perfecto simple ( o pretérito indefinido) para indicar tres acciones puntuales en el pasado con la famosa frase: «Veni vidi vici» que en español significa: «vine, vi, vencí».
Con este tiempo verbal de modo indicativo queremos expresar una acción y tiempo terminados en el pasado, sin describir la acción, solo informando de ella.
Se trata, por tanto, del tiempo ideal en una biografía -usualmente de un personaje que ya no está entre nosotros-. Una biografía no deja de ser una enumeración de acciones del pasado, en la que el tiempo se mueve (desde el nacimiento hasta la muerte de la persona sobre la que escribimos); por ello, en cualquier enumeración de acciones del pasado terminado vamos a usar el pretérito perfecto simple o pretérito indefinido.
Ej.: Ayer me levanté pronto, fui a correr, me di una ducha y después tomé un saludable desayuno. El día empezó bien.
También lo usamos en España para indicar una acción única en el pasado:
Ej.: Nací en Salamanca y me siento muy orgullosa de ello.
Este tiempo verbal en sí mismo no ofrece problemas (salvo las muchas formas irregulares), pues existe en otras lenguas también, pero el conflicto se plantea cuando lo contrastamos con el pretérito imperfecto de indicativo del que nos ocuparemos más tarde en posteriores entradas.
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