Cuestiones gramaticales y muy humanas

Cuando un niño dice “se rompió el jarrón de la abuela” lo que intenta decir es que ha sido involuntario, sin querer; no es frecuente escuchar: “He roto el jarrón de la abuela”, pues indica quién es el sujeto y, por tanto, responsable de la acción.

Asistimos, pues, a uno de los múltiples usos del pronombre SE en español que trae de cabeza a cualquier estudiante extranjero.

Si vamos un paso más allá nos encontraremos con una expresión recurrente que recibe muchos nombres, pero que aquí hemos optado por el de dativo de involuntariedad. Por tanto, lo más frecuente es escuchar: “se me rompió el jarrón de la abuela”, donde yo no soy responsable (sujeto) sino que recibo el daño de la acción (a mí= me).

Otros ejemplos similares:

.-A mis compañeros se les escapó el secreto” .-Se nos averió el coche a mitad de viaje”

Como vemos, lo que varía es el pronombre de complemento indirecto, pero el SE permanece en todos los ejemplos.

Un ejemplo especial es el caso del verbo caerse, que indica exclusivamente involuntariedad, pues si queremos indicar que hay un sujeto responsable debemos sustituirlo por el verbo tirar:

Juan: María, se me ha caído esa estatua horrible de tu abuela.

María: no Juan, la has tirado, bien sé que no te gustaba.

Y aún hay más: cuando no queremos aceptar la responsabilidad de una acción contamos con la posibilidad de usar una variante del verbo; es el caso de verbos como olvidar y olvidarse de:

Ej: He olvidado el libro (no necesariamente voluntario, pero sí soy yo el responsable)

Ej: Me he olvidado del libro (asumo la responsabilidad, pero ha sido sin querer)

Ej: Se me ha olvidado el libro (involuntario)

¿Más claro o más confuso aún? Lo que queda claro es que los seres humanos, dudo que solo los hablantes de español, tenemos la tendencia a no querer asumir lo que nos es desagradable, y la lengua, como elemento de expresión humana, nos brinda (o creamos) la manera de llevarlo a cabo, muchas veces de manera inconsciente.