El primer «frigorífico» sin electricidad de Salamanca

El Pozo de Nieve fue construido en el siglo XVIII como parte del antiguo Convento de San Andrés, que llegó a ser conocido como el Escorial salmantino por su gran tamaño.
Su función era la de almacenar y conservar la nieve, que era transportada hasta aquí desde las sierras de Francia y de Béjar, y convertida en hielo para darle distintos usos.
Este pozo tiene una profundidad de más de 7 metros y está cubierto por una bóveda de pizarra. Está situado junto a la Cerca Nueva, a la altura del único tramo de muralla de la ciudad que aún conserva las almenas.
Entre 2016 y 2017 se realizó una intervención para hacerlo visitable. El recorrido guiado parte del pozo para, a continuación salir al jardín, desde donde pueden verse los Siete Picones de la Cerca. Más tarde se accede a las antiguas dependencias del convento y a los túneles subterráneos. La visita finaliza observando el pozo desde abajo.
Fuente: versalamanca.com
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